lunes, 26 de octubre de 2015

Productividad: El gran desafío para Colombia

http://www.elespectador.com/opinion/productividad-el-gran-desafio-Colombia
Por supuesto, el jalonamiento de la economía se dio gracias al ciclo económico largo que hemos vivido con respecto al desempeño de los precios internacionales del petróleo y de las materias primas producidas en Colombia. No obstante, estamos sufriendo una desaceleración económica gracias a la dependencia de bienes primarios (Materias primas, especialmente hidrocarburos).
A mediados de 2014 se vislumbraba lo que hoy día está pasando en materia económica. Lo que no se esperaba era que el impacto fuese significativo, tanto como para empezar a hablar de desaceleración económica. Claramente en Colombia comenzamos a padecer, no ahora sino mucho antes, de una enfermedad holandesa. Esto debido a la fuerte dependencia económica de los hidrocarburos, los cuales se mueven al vaivén de los precios internacionales, que para la producción local es una variable exógena que no puede controlarse. Aunado a esta enfermedad, se le puede sumar un efecto colateral: La devaluación. Si bien ésta conviene a los exportadores, nuestra balanza comercial es negativa y aún no sacamos provecho de tratados de libre comercio. Como si fuera poco, los consumidores comienzan a padecer de los incrementos de precios de bienes importados. Al incrementarse dichos precios, producto de un dólar más caro, la inflación tiende a subir por un lado, y por otro a disminuir el consumo de bienes importados. Esto último afecta directamente a los empresarios, pues reduce el apetito de consumo de bienes importados y con ello se aumentan sus inventarios, lo que conlleva a un atrapamiento de caja y consecuentes pérdidas. Para compensar estas pérdidas, los empresarios tienden generalmente a reducir su planta de personal, aumentando así el desempleo. Una situación nada halagüeña.
Ahora bien, si bien hay muchos desafíos, no es tiempo de preocuparnos sino de ocuparnos. Es aquí donde los colombianos debemos practicar la resiliencia y dejar de quejarnos por lo que pasó y más bien empezar a hacer algo diferente. Es por esto que en medio de tanta turbulencia económica, la productividad debe ser el gran desafío de caras a retomar el crecimiento económico. Para ello, se debe generar una agenda común entre los empresarios, nacionales y foráneos, y el Estado. Con ello se podrá facilitar la inversión, no sólo extranjera sino nacional, en proyectos productivos diferentes a los que dependen de hidrocarburos y materias primas. Es por esto que el Estado debe diseñar una reforma estructural y no de Gobierno, en la que se incentive el emprendimiento en bienes secundarios (industria) y terciarios (Servicios). Este incentivo debe traducirse en mayor productividad, lo cual aumentaría las inversiones en investigación y desarrollo (I&D), innovación, capacitación técnica y ejecutiva. Con ello podríamos estar al frente de la reducción de la informalidad económica y aun aumento generalizado de empleo en actividades mucho más productivas y menos dependientes de bienes primarios.
Una reforma estructural donde el eje principal sea la productividad y emprendimiento es lo que Colombia necesita. De acuerdo con el índice global de competitividad reportado por el foro económico mundial, los asuntos más problemáticos de caras a la competitividad de Colombia, son en su orden: 1. Tasa impositiva, 2. Corrupción y 3. Infraestructura inadecuada. Si Colombia llegase a embarcarse en una reforma estructural que considere estos aspectos, podría estar haciendo frente de caras a un desarrollo sostenible. México, por ejemplo, está embebido dentro de una ambiciosa reforma estructural en áreas como energía, telecomunicaciones, mercado financiero, educación y mercado laboral, que de implementarse correctamente, podrían adicional 1 o 2 puntos porcentuales a su PIB, según lo indica la revista The Economist. El momento de actuar es ahora.

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