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El crecimiento económico que ha afrontado Colombia durante la última década, evidencia el desarrollo y la madurez tanto del Estado como de sus ciudadanos. No obstante, se presentan grandes desafíos para el país. El Gobierno, a través del Departamento Nacional de Planeación, los ha traducido en tres pilares fundamentales, como los menciona en el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018: paz, equidad y educación.
En cuanto a la equidad, la exigencia inicial es buscar alternativas para explorar fuentes de crecimiento diferentes a la dependencia de bienes primarios de la economía (explotación de recursos naturales renovables y no renovables), específicamente aquellos bienes dependientes de la industria de hidrocarburos. Con el panorama actual de los precios internacionales del petróleo del primer y segundo trimestres del 2015 y la correlación existente entre este precio, y la tendencia de devaluación del peso frente al dólar estadounidense, es claro que se deben explorar otras alternativas de crecimiento que jalonen a la economía hacia un crecimiento sostenible y sin dependencia de los bienes primarios, como ocurre en la actualidad, buscando en los bienes secundarios, a través del desarrollo de la producción de la industria, la posibilidad de crecimiento económico.
Este desarrollo se podría potencializar en la medida en que avance la infraestructura del país, pues sin ello cada vez serán menos competitivos los productores nacionales, tanto para el ámbito local, destinado al consumo interno, como para los propósitos de exportación. El país reclama la interconexión, de manera eficaz y eficiente, de sus regiones. Para ello es necesario que se desarrolle, de forma sistemática, la infraestructura de transporte multimodal, es decir, que no solo sea terrestre, sino también que aproveche e interactúe con los medios marítimos, fluviales, aéreos y férreos.
Con la apertura de los mercados internacionales y la presencia de competidores internacionales, es un hecho que Colombia se ha vuelto atractiva para los inversionistas extranjeros que han desarrollado industria en el país, no solo como punto estratégico, sino para competir con productores nacionales y transnacionales con sede en nuestro territorio.
En respuesta a este panorama, se evidencia la necesidad de interconectar las regiones y hacer al país más competitivo. Es indispensable que se desarrolle la infraestructura de transporte multimodal, pues en la distribución interna los elevados costos de los productos generan un desafío importante en su valor, que difícilmente podrán estar a la altura de los precios de los competidores internacionales.
Por esto, en la medida en que el Estado acompañe a sus productores, en materia de infraestructura, más competitivos serán en el mercado local e internacional. Al final, el más beneficiado con este tipo de inversiones es el Estado mismo, pues cuántas más utilidades generen los productores, más dividendos reciben sus accionistas, y el más representativo es el mismo Estado.
Felipe Jánica Vanegas
Socio de Aseguramiento de EY Colombia
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